Dignificación para el habitante de calle

Comparte

La vida en la calle puede ser dura y desafiante para quienes la experimentan. Sin embargo, todos merecen una segunda oportunidad y la posibilidad de salir adelante.

Hernán Villamizar  líder comunitario presento la iniciativa ganadora a los presupuestos participativos, el cual busca dignificar la viada del habitante de calle y el cual hace parte del proyecto CPS-360-2023 firmado entre la Alcaldía Local de Rafael Uribe Uribe y el Consorcio Resolución de Conflictos

https://www.facebook.com/share/v/15xGij11u6

Cada individuo tiene una historia, sueños y aspiraciones, independientemente de su situación actual. Al interactuar con un habitante de la calle, recuerda que es una persona valiosa. Muestra respeto y empatía. Pregúntale su nombre y escucha su historia si está dispuesto a compartirla. La dignidad humana es inalienable, y al reconocerla en cada individuo, estás dando un paso hacia la transformación. le cometo a Tatagua.com

Planteamiento general de la promematica

Para abordar de manera integral las condiciones de exclusión y discriminación que atraviesan las personas en situación de calle y que conllevan a la profundización de barreras de acceso a bienes y servicios básicos y vitales que atentan contra su dignidad, y les impiden la recuperación de sus medios de vida, sus condiciones de salud y autonomía, es necesario comprender que, las condiciones que atraviesan las personas que habitan a calle se abordan como un fenómeno persistente en la sociedad actual. Estructuralmente los sistemas económicos, políticos y sociales hegemónicos han configurado esta problemática a lo largo del tiempo, estas “configuraciones problemáticas no han caído del cielo, tienen un pasado en relación con el presente, es decir, que han comenzado a existir en el pasado y que se han transformado en el curso de la historia” (Castel,2005, p.95)

 

En Colombia hay 34.081 personas habitando las calles según los Censos de Habitantes de la Calle del DANE entre 2017 y 2021. El 88% de las personas en situación de calle son hombres y el 12% son mujeres; el 92% se reconoce como heterosexual, y el 8% tiene otras orientaciones sexuales no hegemónicas.

El 7,4% de la población en situación de calle reconoce que tiene alguna pertinencia étnica, aunque la pregunta aplicada tiene dificultades de interpretación pues no se diferencian pueblos en los microdatos abiertos. El 23% de las personas en esta situación son jóvenes, y el 66% son personas adultas entre los 29 y los 60 años. El 11% son personas mayores.

El 54% de las personas, siguen habitando en el mismo municipio donde nacieron, y el 42% nació en otro municipio, y 4% en otro país. Las personas duermen en el mismo municipio donde pasan los días. El 77% de las personas duerme habitualmente en las calles (puentes, andenes, parques, alcantarillas y carreteras), el 15% duerme en alguna institución y el 7% duerme en un dormitorio transitorio (hotel, paga diario, inquilinato, etc.).

Se presenta un contexto social, económico, político, cultural y territorial enmarcado en una estructura donde se manifiestan diversas desigualdades, que han conllevado al crecimiento y sostenimiento de un fenómeno de exclusión social para un grupo de personas de diferentes edades que se obligaron a habitar la calle en condiciones de vulnerabilidad y violación de sus derechos.

Teniendo en cuenta la información del CHC entre 2017 y 2021, y el análisis del Ministerio de Salud y Protección Social. Se evidencian los siguientes elementos en común que llevan a las personas a iniciar vida en calle, dichos elementos son clasificados en dos categorías, la primera se relaciona con Factores Estructurantes y la segunda con Trayectoria De Vida.

Los Factores Estructurantes se relacionan con falta de acceso a mercados, vivienda, salud, trabajo, pobreza, acceso a bienes y servicios, y capacidad de respuesta institucional. En cuanto a la Trayectoria De Vida, se identifica aspectos como la violencia intrafamiliar, conflictos, dificultades en el entorno familiar, afectaciones en salud, desescolarización, consumo problemático de sustancias psicoactivas, egresos de instituciones de protección y Personas Privadas de la Libertad, migrantes, y embarazo en adolescentes.

De acuerdo con la información de los Censos, el 37% de las personas habita las calles, considera que el consumo de sustancias psicoactivas es la principal razón, con más frecuencia entre los hombres (38%), que las mujeres (29%). Sin embargo, esta es la causa mediata reportada por las personas, no se indaga respecto a las situaciones que indujeron

el consumo de SPA o si este se da como mecanismo de afrontamiento negativo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas (ENCSPA) en 2019; el
85% de las personas en el país han consumido alguna vez sustancias legales y el 57% en el último año y el 27% han consumido sustancias ilegales en el último año.

Por tanto la comprensión de la situación de calle pasa por la comprensión del estima vinculado a la situación de calle y el consumo de SPA, y la sanción social (pro sesgo de superioridad moral) a un grupo de personas a quienes se les atribuye casi de forma exclusiva una práctica que en realidad es generalizada y cotidiana. Un estudio realizado en Medellín (Casari et al., 2017) encontró que el personal de salud también tiene prejuicios hacia la PSC que consume SPA, lo que afecta negativamente la atención que reciben.

Si bien es cierto que un porcentaje significativo de la población en situación de calle consume SPA, es importante comprender que este consumo no responde a un simple vicio o a una falta de voluntad. Múltiples estudios han demostrado que el consumo de SPA en este contexto suele ser una estrategia de afrontamiento para hacer frente a las duras condiciones de vida en la calle, que incluyen violencia, trauma, discriminación y la falta de acceso a servicios básicos como salud mental y atención médica (Mora, 2017). Este estigma, a su vez se intersecciona con otros sistemas de opresión por razones de género, edad, pertenencia étnica y la orientación sexual, y así las prácticas de discriminación.

La segunda causa más frecuente que es también reflejo de los escenarios de violencia que generan los sistemas de opresión, el 29% de las personas reportó que los conflictos o las dificultades familiares son la principal causa para llegar a la situación de calle, esta es una situación mucho más frecuente entre las mujeres (32%) que entre los hombres (28%). Seguidas de las dificultades económicas y la falta de trabajo que lo reportaron el 14,4% de las personas.

Esto da cuenta que es una situación de exclusión que se fundamenta en el modelo político y económico, que reproduce el desarraigo en los territorios rurales, contribuye a la concentración de la riqueza y por tanto, a la reproducción de la pobreza y el desempleo, como expresiones de la desigualdad e inequidad. Lo que a la vez reproduce las normas sociales que permiten y validan las diferentes prácticas de discriminación basadas en el género, la clase y la nacionalidad.

Ahora bien, los factores que inciden en la permanencia de habitabilidad en la calle están ligados al consumo y poli consumo de sustancias psicoactivas, así como, el alto grado de exclusión, ausencia de red de apoyo (de personas e instituciones). En esencia, se trata de los predisponentes y precipitantes que inciden en el inicio y permanencia de la habitanza en calle. De acuerdo con el CHC, el 38% continúan viviendo en esta situación como consecuencia de la dependencia a las sustancias psicoactivas. La siguiente causa es la imposibilidad de recuperar sus medios de vida (24,5%), y la continuidad de los conflictos o dificultades familiares.

 

Fuente: Ministerio de la Igualdad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *